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Columna de opinión: Turismo sustentable para una conservación efectiva
Turismo sustentable para una conservación efectiva
Una mirada retrospectiva del flujo turístico de los últimos tres años en Chiloé nos invita a preguntarnos sobre el impacto ambiental de esta industria, clave para la economía provincial, y fundamental en la concientización de la defensa y protección ecológica por su capacidad de transmitir experiencias ligadas a la conservación del patrimonio natural en un archipiélago sobre exigido.
Debido a la pandemia de COVID 19 la actividad turística del verano 2021 se paralizó casi por completo. Como contracara, la temporada 2022 fue una de las más concurridas y exitosas que se tenga registro. Así, junto con las cuentas alegres por los resultados económicos que trajo para el gremio esta enorme afluencia de visitante, también se pudo reportar el colapso permanente en los accesos viales a las ciudades de la isla, en los cruces por transbordador, en la presencia de visitantes utilizando espacios públicos y naturales no habilitados ni dispuestos para el uso turístico/recreacional y el consiguiente impacto en materia sanitaria y de hábitats intervenidos negativamente. La temporada estival 2023 no fue tan masiva como la del año anterior, sin embargo, se mantuvo dentro del promedio prepandémico, normalizando un flujo que, inevitablemente, deja huellas en la naturaleza.
Nadie duda que Chiloé es un territorio natural y cultural que merece ser protegido y valorado.
Pero cabe preguntarse: ¿Estamos preparados para ofrecer un turismo sostenible post-pandemia? La conservación y el turismo pueden coexistir si se abordan de manera responsable, con respeto por la flora y fauna nativa, implementando políticas de conservación efectivas de largo plazo para que las próximas generaciones puedan contemplar y gozar la biodiversidad del archipiélago. Los desafíos van desde lo sanitario hasta la protección de ecosistemas frágiles y vitales por las funciones ambientales que brindan diariamente a todos los habitantes de Chiloé. Todo esto sin olvidar el resguardo del patrimonio cultural vivo de las comunidades, estrechamente ligado a la identidad isleña.
En el Parque Tantauco, como iniciativa de conservación con más de 17 años de historia, hemos tenido la compleja, pero motivante labor, de resguardar el mayor espacio natural protegido de la provincia. Cerca de 110.000 hectáreas de bosques, lagos, turberas; de animales y especies nativas en peligro destinadas a enfrentar las múltiples amenazas ambientales existentes. Un lugar que, como muchos otros en Chiloé, se ve expuestos a una permanente degradación de su entorno cercano alterando los procesos ecológicos esenciales y la diversidad biológica. Por eso apostamos por un turismo sostenible de bajo impacto. Y valoramos que muchas comunidades vayan comprendiendo que la conservación ecoturística y los emprendimientos en esta área pueden ser una fuente laboral con proyección a futuro, junto con alivianar la carga antrópica sobre estos ecosistemas.
El turismo es una alternativa que puede mejorar la calidad de vida de las comunidades al mismo tiempo que, desarrollado sosteniblemente, es una estrategia de protección para la naturaleza. Sin embargo, una implementación irresponsable puede devenir en destrucción y degradación de lo mismo que se intenta cuidar y promocionar. Por eso, alternativas de turismo rural con sello agroecológico al amparo del reconocimiento de Chiloé como Patrimonio Agrícola Mundial, o iniciativas privadas y comunitarias de conservación, en variadas escalas y abiertas a visitantes, ejercen una vital influencia concientizando y educando, tanto a los visitantes como a la población local, para permitir experiencias exitosas en el tiempo. Que no nos pase lo de la fábula de la gallina de los huevos de oro y que el turismo sustentable sea un foco de buenas prácticas para que otras industrias provinciales puedan disminuir su impacto medioambiental.
Damián Valdés
Encargado Comunidad
Parque Tantauco