Hace 10 años, en la maravillosa Isla Grande de Chiloé, nació el Parque Tantauco.  Tantauco en la lengua huilliche significa “donde las aguas se juntan”.  Y en el Parque Tantauco se juntan las aguas de los canales chilotes, con las del Océano Pacífico y las del Golfo Corcovado.

El  Parque Tantauco está íntima e indisolublemente ligado a la Isla grande de Chiloé.  Esta isla mágica que fue primero habitada por los chonos “los hombres que venían del sur”, 6000 años AC.  Luego por los Huilliches, que llegaron del Norte.  Y luego por los españoles, que por orden de Pedro de Valdivia, llegaron a la Isla en 1540, y junto con ellos, los franciscanos y jesuitas.

Así se fue construyendo esa maravillosa Cultura Chilota, rica en historias mitológicas como el Trauco, la Pincoya, el Caleuche y la mítica batalla entre Tresten Vilú y Caicai Vilú, formidables personajes de la mitología mapuche.  Chiloé también destaca por su arquitectura de iglesias y palafitos y por sus tradiciones asociadas a las mingas y curantos.

El origen de la Isla de Chiloé se remonta a la época de los grandes deshielos, que convirtieron a la Cordillera de la Costa en un gran archipiélago, y en conjunto con la Cordillera de Los Andes, aprisionaron un mar interior conocido como Golfo de Ancud.

Es en esta maravillosa y mágica isla donde nació y se desarrolló el Parque Tantauco, cuya naturaleza, flora y fauna lo convierten en uno de los paraísos de la biodiversidad a nivel mundial.  Entre los Canales Chilotes, el Golfo de Corcovado y el Océano Pacífico vive una naturaleza pletórica de entusiasmo y maravillas que incluye lagos, ríos, golfos, penínsulas y playas.  Es en este maravilloso mundo donde vive la gran Ballena Azul, el Zorro de Darwin, el Monito del monte, la Ranita de Darwin, el Pájaro Carpintero, el Chucao, los Lobos Marinos, las Focas, el Huillín y el Pájaro labrador.

También en el Parque Tantauco viven los Cipreses de las Guaitecas, el Olivillo Costero, los Coihues y la Flor Carnívora, las Nalcas Gigantes, los Helechos, los Musgos, los Líquenes y los inigualables Copihues.

No es casualidad que el gran naturalista británico Charles Darwin, durante su viaje en 1834 en el Beagle, haya quedado maravillado por la naturaleza de Chiloé y así lo haya expresado en su monumental obra “Viaje de un naturalista alrededor del mundo”.

El Parque Tantauco no sólo está profundamente comprometido con la conservación de la naturaleza, sino que también, en sus casi 120 mil hectáreas, ha desarrollado una gran infraestructura para recibir a los visitantes en forma armoniosa y sustentable con la naturaleza.  Ahí está al servicio de los exploradores el Museo, el auditorio, las cabañas, los fogones, los senderos, las pasarelas, el puerto, el aeródromo, las torres de vigilancia, los puentes colgantes, los viveros y el gran faro de Punta Rocosa.

Son más de 20.000 visitantes los que han tenido la oportunidad de explorar, conocer e inspirarse con las maravillas del Parque Tantauco, cuya misión es proteger, conservar y difundir un patrimonio natural, único y maravilloso para que no sólo nuestra generación, sino también nuestros hijos, nietos y los que vendrán, puedan explorar, conocer e inspirarse con las maravillas con que el Creador bendijo a nuestro querido Chile.

Sebastián Piñera E.
Enero 6 de 2016