Ríos de Basura
Las pasadas semanas fuimos testigos como las intensas lluvias generaron inundaciones caóticas, principalmente en la zona centro sur del país. Muchas de esas regiones llevan un largo período de sequía, lo que, sumado a las condiciones de suelos erosionados, a las características de las precipitaciones lluviosas en altura, a la acumulación de escombros y desechos en lugares no habilitados y una planificación urbana insuficiente, devino en una catástrofe de proporciones mayores. Así, muchas ciudades fueron arrasadas por verdaderos ríos de basura y lodo, que destruyeron hogares, infraestructura y cultivos. Pero además nos trajo de vuelta algo que no queremos ver, que preferimos esconder. Era como si la naturaleza dijera “te devuelvo tu basura, ahora hazte cargo”.
Sabemos que existe contaminación, conocemos el problema y sus consecuencias en nuestro estilo de vida, ¿Por qué pareciera que la solución es apenas perceptible? ¿Cuántas veces hemos escuchado a amigos, familiares y vecinos decir, no importa “yo lo voy a reciclar” al comprar el jugo o la bebida para la casa (en botella de plástico)? No puedo evitar pensar el grave mensaje que esas palabras contienen, ya que forman parte del problema. Reciclar es hacerte cargo del desecho que YA generaste, por lo tanto, la primera solución es disminuir la cantidad de elementos que consumimos, sobre todo los de un solo uso. Y utilizar la imaginación para dar una segunda vida a la “basura” ya generada. Sabemos, según información del programa Chiloé Reduce, que el 99 % de los desechos de los hogares de Chiloé quedan en vertederos. Una cifra escalofriante.
Somos los causantes de la contaminación de este territorio, basta con mirar los basureros de un solo día en tu oficina, tu colegio, tu casa, tu plaza y tus calles; y cualquiera de nosotros se dará cuenta de lo que estamos contaminando. Basta con caminar por cualquier playa de este precioso archipiélago, o con recorrer los increíbles bosques siempre verdes para encontrar latas, botellas, envases tetrapack, plumavit y otros residuos que tomaran miles de años en descomponerse. Para generar un impacto fuerte y así conseguir acciones positivas como solución inmediata, hay que generar una conversación transparente, no disfrazar la urgencia y lo fuerte de la situación. No podemos “tirarles la pelota” a aquellos que apenas tienen voz con las acciones que causan esta problemática. ¿A qué me refiero? ¿Qué rol jugamos desde la generación de desechos?
Educarse, conversar y plantear soluciones como grupo familiar, visitar los espacios que se debe proteger, para entender qué es lo que se estará conservando y finalmente tomar acciones reales respecto al uso de los desechos que estamos generando. Es indispensable cambiar algunas conductas (no todas, pero si las esenciales). Para ello debemos empujar nuevas formas de hacer las cosas en pro de un planeta más limpio, formar una ciudadanía respetuosa y consciente con el medio ambiente. Los desechos se generan en respuesta al consumo de elementos como alimentos, vestimenta, transporte, artículos de comunicación, materiales de construcción, y un largo etc. ¿Podríamos cambiar las formas de producir y consumir estos elementos manteniendo nuestras necesidades y estilo de vida? A lo menos hay que comenzar con esta pregunta.
Contagiémonos de la capacidad de asombro que tienen los más pequeños por la naturaleza, los animales, las especies de flora, los ecosistemas terrestres y acuáticos de la provincia, volvamos a ser esos niños que protegerían esta belleza, este pedacito de tierra que tanto nos entrega. La educación ambiental, al igual que otras ramas de la educación, comienza en la casa.
Daniela Cuevas Olivares
Encargada Educación Ambiental
Parque Tantauco
